Diego Padilla se convierte en campeón de ajedrez en 1934, pero tras el estallido de la Guerra Civil se ve obligado a exiliarse en Francia junto a Marianne Latour y la hija de ambos. Ella es una periodista francesa de quien se enamora perdidamente, por eso cuando le pide que huya acepta. Pero al producirse la ocupación de los nazis en el país galo, Padilla es acusado de ser un espía y acaba en una prisión de las SS, donde intentará sobrevivir ayudándose de la afición por el ajedrez del oficial al mando, el coronel Maier.
En esta odisea Padilla conocerá el horror de perder lo más importante, la epifanía del amor en tiempos desesperados y la miseria moral que arruinaron los sueños de un hombre bueno, de una persona para la cual el ajedrez fue su vida, pero su vida no fue sólo el ajedrez.
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