España, años cincuenta. Montse ya no es joven, ha perdido su juventud cuidando de su hermana pequeña, encerradas en un siniestro piso del centro de Madrid. Su madre murió en el parto de la pequeña, y el padre no pudo soportarlo. Huyó cobardemente dejándolas solas. Obligada a ser padre, madre y hermana mayor, Montse se esconde de la vida, entre cuatro paredes, alimentando un temperamento obsesivo y desequilibrado: padece de agorafobia, y no puede dar un paso fuera de casa. Ella no entiende lo que le sucede, y el sufrimiento que esa extraña enfermedad le genera la obliga a refugiarse en un mundo de Padrenuestros y Avemarías. Montse trabaja de costurera y el único eslabón que la une con la realidad es la niña, una niña que está dejando de serlo. Un día, esa cadena se rompe: Carlos, un vecino joven e irresponsable, tiene la desgracia de caerse por la escaleras buscando ayuda en la única puerta a la que ha sido capaz de arrastrarse. Montse le recoge. Alguien ha entrado en la madriguera de las musarañas, puede que no vuelva a salir?
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