Cruise interpreta a William Hardford, un médico que se sumerge en una obsesiva fantasía erótica que pondrá e peligro su matrimonio, convirtiéndose en tetigo de un misterioso asesinato cuando su mujer (Kidman) le confiesa sus anhelos sexuales. Mientras la historia se desarrolla entre la incertidumbre y el temor creados por el demonio de los celos, Kubrick realiza un trabajo de dirección con un éstilo único. Elegantes planos, el ritmo sereno, la riqueza del color, las imágenes sobrecogedoras: el virtuosismo que convirtió a Kubrick en un cineasta para la eternidad se representa en Eyes White Shut. Kubrick cerró los ojos sabiendo que el público los mantendría abiertos de par en par con su obra.
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