Película japonesa con muy buenas críticas, no sólo de parte de los críticos especializados sino también del público, tanto en su país de origen como en los demás países adonde llegó.
El conocido actor Koji Yakusho hace el papel de Shohei, un oficinista que ve como su matrimonio está en un pozo. Poco diálogo con su mujer, también con su hija, no hay ganas de nada, la rutina lo acorrala. Un día ve a una mujer en la ventana de una escuela de danza y se le ocurre comenzar a tomar clases en secreto.
La película muestra la búsqueda de una pasión perdida, de un querer romper la rutina diaria, de encontrar alguna actividad para hacer, la búsqueda de una renovación, y todo eso lo traerá el baile. El protagonista se acerca al baile, algo totalmente desconocido para él, pero quizás una asignatura pendiente desde mucho tiempo antes. Poco a poco las clases le devolverán las ganas de vivir, porque en definitiva es eso. El ánimo va cambiando, las pequeñas cosas se comienzan a disfrutar nuevamente.
Se plantean pasos de comedia para situaciones dramáticas, ya que la escuela recibe a mucha gente que busca ser feliz, perder sus miedos, ganar en autoestima.
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