Cándida, una asistenta que ha pasado la edad de jubilación, aprovecha el trabajo para practicar lo que más le gusta: ser amable con los demás. Como una Mary Poppins del madrileño barrio de San Blas que, en vez de volar, viene en metro. Sus problemas son infinitos y sus hijos un desastre, así que sueña con escaparse algún día a una casita en el campo. A ser posible, con tres gallinas. Cuando por fin lo consigue, renuncia al milagro por permanecer cerca de los suyos.
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