En “Golpe de efecto” (Trouble with the curve) conoceremos a Gus Lobel (Clint Eastwood), quien ha sido uno de los mejores cazatalentos del mundo del béisbol durante décadas, pero, a pesar de sus esfuerzos por esconderlo, su edad empieza a pasarle factura. Gus, que puede decir cómo es un lanzamiento solo por el sonido del bate, se niega a quedarse en el banquillo en lo que podría ser el último trabajo de su carrera. Pero podría no tener elección. Los directivos de los Atlanta Braves empiezan a cuestionar sus opiniones, especialmente con el último fenómeno del país, un bateador que espera a que le convoquen. La única persona que podría ayudarle es también la única persona a la que Gus nunca pediría ayuda: su hija, Mickey (Amy Adams), empleada de un importante bufete de abogados de Atlanta, cuyas ganas y ambición le han hecho ascender hasta convertirse en socia. Mickey nunca ha tenido mucho contacto con su padre, que no estaba preparado para ser padre soltero después de la muerte de su esposa. Incluso ahora, en los pocos momentos que pasan juntos, él se distrae fácilmente por lo que Mickey asume que es su primer amor: el juego. A pesar de su buen criterio y de las objeciones de Gus, Mickey acompaña a su padre en su último viaje a Carolina del Norte, poniendo en peligro su carrera para salvar la de su padre. Obligados a pasar tiempo juntos por primera vez en años, los dos descubren cosas nuevas del otro, revelándose historias de hace mucho tiempo sobre su pasado y presente que podrían cambiar su futuro.
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