ISABEL: Isabel I de Castilla (1451-1504) fue una mujer que cambió el destino de España. La reina tomó las riendas de un país al que dio estabilidad económica al tiempo que se hizo respetar como reina y como mujer. Separada de su madre enferma, Isabel es obligada a vivir en la corte de su hermanastro, el rey Enrique IV de Castilla, y sufre la pérdida de su hermano Alfonso, que la antecedía en la línea sucesoria a la corona. Destinada a contraer matrimonio a corta edad, Isabel rechaza todas las proposiciones de matrimonio y defiende su derecho a elegir esposo, incluso poniendo en peligro su vida.
LA CORONA PARTIDA: Tras la muerte de Isabel, se suceden tiempos de incertidumbre y de lucha por el poder. Felipe el Hermoso y Fernando de Aragón se disputan la corona de Castilla, dejando a un lado a Juana, que es la heredera del trono, pero se convierte en víctima de sus manejos políticos.
CARLOS, REY EMPERADOR: El joven Carlos de Habsburgo llega a la Península Ibérica para hacerse cargo de los reinos que ha heredado. Extranjero en Castilla y Aragón, cuyas lenguas ignora, y rodeado de una corte que no oculta su codicia, Carlos es recibido con gran desconfianza. Errores propios y ajenos le granjean la enemistad de sus vasallos. Muerto su abuelo Maximiliano, Carlos es elegido emperador, honor por el que ha de pagar un alto precio.
Siganos