11-M

El 11 de marzo de 2004, 10 explosiones causan la muerte de 191 viajeros de la red de trenes de Cercanías de Madrid y hieren a otros 1.857. Es la sangrienta culminación de una yihad ideada por el fanático islamista El Tunecino cuyos detalles prepara junto a Jamal Ahmidan, El Chino, a quien ha conocido en una mezquita madrileña poco después de que éste haya cumplido condena en una cárcel marroquí.

Para evitar levantar sospechas, los miembros de la célula terrorista se refugian en una casa cercana a Morata de Tajuña, donde reciben los explosivos que, a cambio de hachís, les envía el exminero Emilio Suárez desde Asturias. Al acercarse la fecha fijada para el atentado, Jamal pide más dinamita y Emilio decide conducirle a la mina para que se sirva él mismo. Dos semanas después, a primera hora de la mañana, los terroristas acuden a los trenes con dirección a la capital madrileña para culminar su fatídico plan.

A partir de los datos probados, recogidos en la sentencia de la Audiencia Nacional y en el fallo del Tribunal Supremo, se han reconstruido los hechos del mayor atentado terrorista llevado a cabo en Europa. Desde sus preparativos hasta la inmolación de los siete terroristas, tres semanas después, en un piso de la localidad madrileña de Leganés se han recreado minuciosamente evitando detalles o imágenes escabrosos.