LE LLAMABAN TRINIDAD: Trinidad, un pistolero mugriento y amante de la vida reposada, atraviesa medio desierto adormilado, remolcado por su caballo. Su intención es encontrar a su hermano El Niño que se ha instalado como sheriff en un pueblecito próximo a la frontera con México, después de haber robado la insignia al verdadero sheriff.
LE SEGUÍAN LLAMANDO TRINIDAD: A Trinidad y a su hermano El Niño no les sale nada bien. Su último golpe, el asalto a una diligencia, resulta un fracaso total por no llevar nadie dinero encima. El azar les lleva a un pueblo en el que les toman por “Rangers”. Allí les tratan como príncipes, pero a cambio deben poner a raya a una banda de forajidos que tiene al pueblo atemorizado.
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